Cremas de verduras

Da igual la crema que quieras hacer, bien sea de zanahorias, de calabacín, de alcachofas, de calabaza, de tomate… la técnica es siempre la misma:

En una cacerola más ancha que alta, pongo mucha cebolla y un poco de puerro cortado en juliana, a pochar en aceite de oliva suave y a fuego muy bajo. Nunca debe de coger color este fondant. Tiene que quedar muy blando y transparente.

Entonces, echo la verdura, de mi elección, cortada a trozos regulares. Subo el fuego a tope y remuevo mucho para “empapar” las verduras en aceite. Pongo la sal en este momento, sin pasarme, mejor rectificar al final.

Remuevo bien bien para que se embadurne todo de aceite sin estar encharcado. Lo digo porque, a lo mejor, hay que añadir algo de aceite en este momento.

Remuevo durante 5 minutos más con el fuego a tope y vuelvo a bajar el fuego.

Las verduras van a soltar su propio jugo. En ningún momento añado agua mientras está al fuego.

Cuando el conjunto esté “blando”, es decir, no ofrece resistencia al tenedor, se pasa el todo a la Thermomix o al robot que tengas en casa para hacer un puré.

Es en este momento cuando la verdura te va a decir si quiere más agua o tiene suficiente con su propio caldo. Si tenemos que añadir agua, será siempre fuera del fuego y siempre agua mineral embotellada.

Atención porque según la textura que queramos conseguir, hay que añadir más o menos agua. Si la textura no queda lo suficientemente fina, utilizaremos un colador chino para pasarla.

Para calentar la crema, siempre mejor al baño María para que no se oxide.

Espero que me contéis vuestra experiencia.

Bon appétit

Habilidades

Publicado el

7 mayo, 2019